Un arquitecto no es solo un profesión, sino una persona que crea con belleza, técnica, precisión y exactitud. Da forma a los espacios, se adapta a las necesidades de los que lo transitarán y del entorno en el que se encuentra. Puede haber estudiado o no, de hecho han existido grandes arquitectos que no llegaron la realizar la carrera de arquitectura y han sido unos de los más ilustres de la historia.
Un arquitecto necesita aprender a pensar, a ver, a leer, a escuchar, a diseñar… tener una muy amplia fuente de inspiración y saber la vez traducir esas ideas y reflejarlas. Tener un amplio conocimiento de todo lo que abarca esa profesión e incluso de más ámbitos, contar siempre con la ayuda de los demás.
Ya lo dice Peter Zumthor en su intervención:
«Mies van der Rohe y Le Corbusier procedían de una tradición en la que los arquitectos todavía sabían como se hacían las cosas, cómo hacer las cosas bien. Debemos obligar a las universidades a formar carpinteros y trabajadores del cuero. Los arquitectos quieren ser filósofos o artistas ahora. Tengo suerte de haber tenido mi educación, porque en los Estados Unidos, en particular, se ha perdido el contacto con el verdadero negocio de la construcción»
El objetivo, según Alberto Campo Baeza, sería ser capaz de convertir una casa en un sueño y a la vez poder convertir un sueño en una casa, en resumen, hacer realidad los sueños.
CONSEJOS
- No se debe tomar la arquitectura como medio de vida.
- Pensar siempre el por qué de las cosas.
- No dar por sentada la belleza de un edificio.
- Acostumbrarse al análisis para que se convierta en ámbito.
- Pensar en «sencillo», de lo general a lo particular. Sino, seremos confundidos.
- No entrar en la práctica sin madurez.
- Tomar tiempo para preparase, para no caer en la mediocridad.
- Lo importante de la calidad del carácter, tanto si se hace un gallinero como una catedral, la dimensión significa poco.
- No entrar en competencia arquitectónica, eso no le dio nunca valor a la arquitectura.
FRANK LLOYD WRIGHT (1931)